martes, 6 de mayo de 2014

Vengan a ver

Soy las luces de las terrazas de los edificios altos,
esperando que algún día un avión choque contra mi.
Soy un caballo de Troya,
esperando arrasar una ciudad.
Soy un bosque que se incendia en invierno.
Soy la bala que mató a Lennon.
Soy el eructo que se le escapó a Jesús en la última cena.
Primero te apunto,
después me disparo.
Primero pienso,
pienso y me doy cuenta de que quizás nunca existo,
solo de a ratos.
Esperamos la muerte tratando de ser felices,
como en una canción que no queremos que se termine,
mientras nos preguntamos porque carajos
se repite el estribillo.

El rayo

¿Para dónde saldrán a correr tus miedos hoy?
te preguntas mientras los cuartos de la casa se incendian.
Se caen las paredes, solo quedan sus huesos.
Como nosotros, como vos.
Si yo no soy mi propia carne, si no puedo hacer luz de mi
nadie lo hará entonces .
El colapso, y el sonido que nunca querés oír.
Bienaventurado seas, pues el camino ahora es tuyo.
Estoy aprendiendo a vomitar las palabras.
Y no quiero leer las viejas estrofas.
Dá vuelta la página,
y arráncala.
Que esas hojas nunca vuelvan a crecer.
El árbol se incendia y nosotros somos sus raíces.
El golpe del rayo
y el sonido del trueno,
y la libertad
la libertad.